Esta vez tocaba visitar una piedra vieja y ver en qué estado estaba.
Salimos Juan Antonio y yo a primera hora de la mañana, a las 6:15 ya estábamos en el puerto. Con la fresca pusimos proa al destino y al llegar al punto un poco de sonda para analizar el fondo y después de calcular la deriva por la corriente echamos el ancla. La operación fue perfecta pues una vez el ancla quedó fijada en el fondo nos habíamos situado exactamente a 7 metros del punto exacto guardado en GPS. El pescado estaba pegado al fondo, sobre los 57 metros y algún rebote sobre los 20 metros.
En el primer lance al llegar el chambel al fondo, inmediatamente se nota las picadas. Hoy están activos y será fácil sacar un buen rancho...