Ayer tarde tocaba de nuevo mojarse en una jornada de pesca. Esta vez salí con mi buen compi Samu. Decidimos mojarnos en un rincón tranquilo pues el lebeche se iba a meter fuerte esa tarde, tal cual pasó. Vaya racha de aire.
En nuestro rincón se podía pescar perfectamente y con una visibilidad más que buena, quizás demasiada clara para el pescado aunque eso ayudaría a localizar algún pulpo, pues hay que aprovechar que aún no estamos la veda aunque anda próxima. A partir del 1 de mayo hasta el 30 de Junio no podremos pescarlos por la veda y luego del 1 de Septiembre hasta el 31 de Octubre la segunda veda.
De pescado estaba la cosa bastante escasa así que me centré más en localizar algún pulpo. No me falló mi piedra de oro, donde localizamos el primer pulpo, le cedí la captura a Samu. Son de esos compañeros de pesca que cuando salimos a pescar me da igual quien capture la pieza, me alegro igualmente.
Más adelante , en la sombra de una cornisa diviso la silueta de un pez, que me da la impresión de ser una buena corva. Las corvas son como las matrix del mar, capaces de hacer un quiebro y esquivar la varilla, así que tocaba una acción impoluta. Decido su aproximación en una caída en vertical, sigilosa, y un tiro de arriba hacia abajo. Dicho y hecho y mi primera captura del día.
Ya no volví a ver ningún pescado que mereciese la pena, así que me volví a centrar en el pulpo y logré la captura de un par de ellos.
Una buena jornada de pesca porque siempre es agradable la compañía de un buen amigo.
